La revista
Letras Libres de este mes publica una reseña de Fernando García Ramírez sobre tres libros de ensayo, uno de ellos el mío reciente,
El sueño no es un refugio sino un arma. Se trata de un ejemplo de cómo ejercer la crítica sin ética alguna: está lleno de mentiras, omisiones oportunistas, citas descontextualizadas y prejuicios de maestrito regañón. Este sábado, en el suplemento
Laberinto, del periódico
Milenio, se publica un texto mío en que demuestro las falsedades de esa reseña.