jueves, febrero 28, 2008

Decepciones del crítico ingenuo

...Así, llevado por la conveniencia más chata y ladina, me permito una pregunta: finiquitada la polarización de dos grupos antagónicos y ya sin figuras totémicas, ¿hay mayor libertad para el crítico? ¿Ha terminado la era priísta de nuestra vida literaria? ¿Es posible el perfil de un “maestro de lectura” que, consciente de la necesidad ética de la crítica, se desentienda de los compromisos de grupo y del temor al ninguneo, la pérdida de becas y los foros de publicación, con todo y que los lectores sigan sin aparecer? La realidad es adversa: la discusión respetuosa con argumentos no es una prerrogativa ecuménica de la condición humana...