Mira: febrero empieza ya
azulean las jacarandas
con el añil de Tu rostro
incandescente paseas en las calles y jardines
Tu júbilo inunda
a esta ciudad desamparada
Agradecida llevo
la sed de tu infinito
Cae la noche, se sosiega
y nace el día para saciarla
azulean las jacarandas
con el añil de Tu rostro
incandescente paseas en las calles y jardines
Tu júbilo inunda
a esta ciudad desamparada
Agradecida llevo
la sed de tu infinito
Cae la noche, se sosiega
y nace el día para saciarla
Esther Seligson, Negro es su rostro. Simiente, p. 21.