Leí el intercambio sobre nueva narrativa mexicana entre los escritores Julián Herbert y Antonio Ortuño en la revista Letras Libres.
En algún punto de la conversación Herbert dice de mi trabajo crítico:
Lo que me sucede con sus críticas, más allá de si estoy de acuerdo o no con una reseña específica, es que de pronto no entiendo cuál es su perspectiva general de la literatura.
Lo comento aquí porque al parecer Herbert se ha quedado con una visión inexacta de lo que he escrito en el campo de la crítica. Esa perspectiva general de la literatura se encuentra en varios ensayos de mi libro El sueño no es un refugio sino un arma, publicado en 2009 por la UNAM, como «No narrarás», «La novela de conocimiento después de Musil», «Para qué la crítica en tiempos del ultraje», «Steiner o la tradición como disidencia» o «La ciudad sin Racine», ensayos que en sus versiones originales se publicaron en revistas de circulación nacional.
Esa visión sobre la narrativa también se lee en varios textos reflexivos que forman parte de mi reciente novela, Cualquier cadáver y, yendo más lejos, en el capítulo final de mi primer libro de ensayo crítico, El biógrafo de su lector.
Ahora bien, aunque es inevitable que uno lea desde una perspectiva particular, no puedo decir que yo comparta el modelo del escritor militante que utiliza cada reseña que publica para exigirle a los libros comentados el cumplimiento con los puntos medulares de su estética. Al ser más un narrador que escribe crítica antes que un crítico profesional, leo fijándome en los elementos estilísticos y estructurales que considero intrínsecos y de mayor peso en la construcción narrativa, y a partir de los cuales me parece más factible sacar conclusiones extraliterarias, de índole social o político.
Por eso confío en el close reading, en el acercamiento preciso a los textos, pues se ha abusado de la crítica como una herramienta para instaurar, de cara a la comunidad intelectual, un discurso literario que legitime la creación propia o del grupo al que se pertenece, y se ha descuidado la exégesis directa que favorezca la conversación con el lector común.