miércoles, noviembre 04, 2009

Hondonada

El nuevo número, y cuarto, de la revista los perros del alba, editada por Anuar Jalife y David Ortiz Celestino, incluye, entre muchos otros materiales de mayor interés, mi relato «Hondonada». Aquí, unas líneas:

Doblaba calle tras calle y los peatones que le salían al paso se deslizaban con la mirada reconcentrada o el gesto huraño, llenos de prisa o reconcomio, de modo que nunca se animó a pedirle a nadie que lo orientara en su búsqueda de Hondonada. Aquí y allá se fue encontrando algunos perros, además de automóviles estacionados, puertas y rejas inmutables. Por un momento, creyó ver cómo una silueta gorda —¡Montivont es gordo!— se escabullía en una esquina. Corrió para alcanzarlo pero le nació un dolor en el costado. Era el café, supuso. Cortó sus pasos, respiró mientras arqueaba el cuerpo; se sentó en el borde de la banqueta. No le gustaba nada todo esto. Se levantó. ¿Había pagado el café?, se dijo entonces, al tiempo que se daba una palmada en la frente. ¡Qué vergüenza! ¡Qué habrá pensado esa muchacha! Sacó la cartera, vio sus billetes. Tengo que regresar y.
Pronto olvidó eso también.