Esta contradicción que la autora señala entre los ensayos de tono pesimista y el texto final, elogioso del libro de cuentos de una escritora contemporánea, fue una cosa deliberada. Sé, claro, que de nada sirve decirlo fuera del libro, pero contra el desencanto extremo que provoca la contemplación de tanta banalidad ubico el talento de quienes, exigiéndose un compromiso literario igualmente extremo, vienen con obras notables.