Copio aquí la nota crítica de Carmen Cordero al libro Todo aquí es polvo, de mi querida y admirada maestra Esther Seligson, publicada en la revista Tierra Adentro, número 167-8:
Esther Seligson (1941-2010), quien escribió narrativa, ensayo, poesía y crítica teatral, terminó este libro de memorias pocas semanas antes de morir. En la primera mitad de la obra, la autora rememora su infancia y su entorno familiar en el México de la década de 1940. Luego, incluye un capítulo sobre sus parejas amorosas, donde se agradece un tono de reconciliación y sinceridad, exento de reproches o descalificaciones; y, por último, con una melancolía desbordaba, Todo aquí es polvo cierra su recorrido con los últimos años de vida de la autora, en Lisboa, Jerusalén y la ciudad de México. Es decir, no es ésta una autobiografía lineal ni completa; presenta saltos y digresiones proustianos. Al mismo tiempo, predomina aquí una gran capacidad para recuperar y entregar al lector el mundo de las sensaciones y las emociones. Más que los hechos, Todo aquí es polvo se erige sobre lo que los hechos dejan en la psique de la autora. Así, el género autobiográfico se ve sustentado en una vena reflexiva de gran sutileza, inteligencia y hasta humor. Pero, si algo hay que destacar por sobre cualquier otro elemento, está la prosa: oraciones largas de riquísima consistencia verbal, hallazgos metafóricos que se asientan en lo lírico, y una mezcla estilística de cultismos y coloquialismos que dan flexibilidad y donaire. Una obra para reconciliarse con la literatura en tiempos de frivolidad y mercantilismo.