CXVIII
Al cumplirse 18
años del suicidio de mi padre, asistí dentro mío a un espectáculo cuya
inminencia desconocía: la mayoría de edad de un cadáver. Ese día, el rencor que
había venido, sin saberlo, sintiendo contra él por su voluntaria partida se
convirtió en una nueva piel interior, el vestido acaso del futuro suicida.