Bitácora de Geney Beltrán [χe’nɛi bel’tɾan], escritor mexicano (Tamazula, Durango, 1976).
miércoles, julio 29, 2009
Felicidades al dramaturgo
Hugo Alfredo Hinojosa acaba de obtener el Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo 2009 por su obra Calypso. Hinojosa ha publicado los volúmenes de teatro Desiertos (Tierra Adentro, 2007) y Siglo (El Milagro, 2008). Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas. Actualmente se escenifica en Querétaro su obra Iluminaciones [0], dirigida por Alonso Barrera. Calypso se publicará en el volumen Teatro de la Gruta IX, editado por Tierra Adentro, y será escenificada en el Centro Cultural Helénico.
martes, julio 28, 2009
miércoles, julio 22, 2009
Este lapso de vanidad galopante terminará muy pronto
martes, julio 14, 2009
La Palanca, 12
Acaba de aparecer el nuevo número (12) de la revista La Palanca (verano, 2009), dirigida por Diego José y Pablo Mayans e ilustrada en esta ocasión por Mariana Magdaleno. Incluye, entre otros textos de mayor interés, mi relato «La hija», que a su vez forma parte del volumen Habla de lo que sabes, que tampoco ha de tardar mucho.
Aquí unos párrafos:
Cuando, impaciente, toma el taxi, llega a sus oídos el tronido tumultuoso como una hacha densa por el aire.
—¡Verga! —grita el conductor. Es un hombre de cincuenta años, calvo, robusto y de cara grande—. ¡Qué fue eso!
—¡Maneje! Tengo prisa...
El taxista duda. Tiene la mano en la llave a punto de encender el motor, gente corre hacia las salas del aeropuerto —la voz en el asiento sin embargo insiste:
—¡Vamos, caramba! Algún percance de mierda. Conduzca...
El hombre pone en marcha la máquina. El escritor cierra los ojos. Las arrugas se le forman en el rostro como grietas de arena (arroyos secos). Tiene 53 años. Una hija de 28. Y ahora congoja: un animal muerto en la laringe.
Toman Bulevar Puerto Aéreo. El taxista prende el radio y las noticias llegan como en un acoso de libélulas incendiándole el oído.
—¡De no creerse! El vuelo México-Londres, de British Airways, explotó antes de siquiera despegar del Aeropuerto de la Ciudad...
El estallido: quemazón ahora en el estómago.
—¡Verga! —grita el conductor. Es un hombre de cincuenta años, calvo, robusto y de cara grande—. ¡Qué fue eso!
—¡Maneje! Tengo prisa...
El taxista duda. Tiene la mano en la llave a punto de encender el motor, gente corre hacia las salas del aeropuerto —la voz en el asiento sin embargo insiste:
—¡Vamos, caramba! Algún percance de mierda. Conduzca...
El hombre pone en marcha la máquina. El escritor cierra los ojos. Las arrugas se le forman en el rostro como grietas de arena (arroyos secos). Tiene 53 años. Una hija de 28. Y ahora congoja: un animal muerto en la laringe.
Toman Bulevar Puerto Aéreo. El taxista prende el radio y las noticias llegan como en un acoso de libélulas incendiándole el oído.
—¡De no creerse! El vuelo México-Londres, de British Airways, explotó antes de siquiera despegar del Aeropuerto de la Ciudad...
El estallido: quemazón ahora en el estómago.
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