miércoles, marzo 28, 2007

Marcha

En un sentido estricto, nadie querría que existiera la problemática del aborto. Entre el derecho de una mujer a decidir sobre su maternidad y el supuesto derecho de una célula a desarrollarse hasta nacer, tenemos un terreno abonado para la posición dogmática. Sólo que nuestra época de libertades individuales no acepta dogmas colectivos. Así, hay quienes están en contra de que una mujer, en cualquier circunstancia, aborte, incluso si su propia vida está en peligro. En cambio, hay quienes estamos a favor de que quien desee tener un hijo lo tenga, quien desee darlo en adopción lo dé, y quien quiera interrumpir su embarazo lo haga y encuentre las condiciones sanitarias básicas que no pongan en riesgo su salud. Una posición liberal sería quizá acusada de dogmática; no lo es porque no obliga a nadie a hacer nada que vaya en contra de sus convicciones o sus deseos. Y si lo es, la enuncio así: la mujer, y no la naturaleza ni dios, es la dueña de su cuerpo; la maternidad es un accidente y no la esencia de la vida de una mujer.
Pueden comprenderse, mas no compartirse ni justificarse, las expresiones dogmáticas de la iglesia y la derecha: pero mientras el presidente de la república y el cardenal primado de México no tengan un útero, sería adecuado que escucharan las voces de quienes sí lo tienen, y de que prestaran atención a las cifras que hablan de miles de mujeres pobres que mueren o sufren daños irreparables en su salud debido a un aborto practicado en condiciones insalubles por gentes sin escrúpulos.
Por esta razón, estoy a favor de la despenalización del aborto.

Habrá una marcha para apoyar la Iniciativa de Ley de Aborto en el Distrito Federal. La cita es el próximo jueves 29 de marzo, a las 16:00 hrs., el recorrido será del Hemiciclo a Juárez a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

lunes, marzo 26, 2007

Editores y utopías

Mi querido amigo Luis Guillermo Robles, antes conocido como El Groucho (ya no lo es: perdió bigote y lentes), me recomendó este blog de Leroy Gutiérrez, de Caracas, sobre edición. Muy, muy interesante.

Soy un apasionado de los temas editoriales. La otra vez ni caso le hice a una deliciosa arrachera en El Asado Argentino, aquí en la colonia Juárez, por perorar vehementemente sobre editoriales, catálogos, títulos, autores, etcétera. Cuando el mesero me retiró el plato me di cuenta de que apenas si había comido, los demás ya iban en el café y yo tenía la garganta seca de tanto hablar y hablar. El problema: me hundo en utopías. Mi utopía es una editorial de catálogo.

lunes, marzo 19, 2007

Dibújame una vaca




Andrea y yo fuimos a ver ayer la obra de teatro de títeres Dibújame una vaca, de Amaranta Leyva, presentada por el grupo Marionetas de la Esquina. Andi se la pasó carcajada tras carcajada. La obra es definitivamente muuuuy buena; además, tiene sus partes de seria y triste emotividad que a nadie, niño ni adulto, dejan indiferentes. Está en el Teatro Wilberto Cantón (José María Velasco 59, colonia San José Insurgentes, México, D.F.), los domingos a las 13:00 horas. Tel. 5593 8334.


sábado, marzo 10, 2007

Entrada 228

Por primera vez en mi vida me dedico de tiempo completo a escribir. Acostumbrado a trabajos de oficina y horarios de 9 a 6, he escrito lo que he escrito en las noches, los fines de semana, robándole horas al sueño y fuerzas al cansancio. Eso duró más de siete años, desde que terminé la carrera, regresé de Canadá y terminé mi tesis. Del 99 al 2006. La década de los 20 se me fue, pues, en escritorios y con empleos de Gutierritos. Aprendí mucho. Sobre todo, que la frustración es necesaria para el escritor. Frustrarse por no tener tiempo suficiente para escribir engendra la paciencia, pone a prueba la vocación, acelera el arraigo con los temas privados. Quien tiene poco tiempo libre para escribir, escribe entonces sólo de lo necesario, de lo más personal, le da vida sólo a lo impostergable que exige salida en forma de palabras de dentro de sí. Se concentra en su mundo interior, busca destilar solamente lo más inalienable de su expresión. Escribe como si eso que está escribiendo fuera lo último que habrá de escribir en su vida.
Escribe de lo que le consta y le exige brutalmente ser escrito. Y se vuelve fiel ya para siempre a esa intuición o necesidad.
Eso hice y eso aprendí en mis años de oficinista.

jueves, marzo 08, 2007

elgeney en Blanco Móvil


Acaba de aparecer el número 103 de Blanco Móvil, la revista de Eduardo Mosches. La entrega, titulada Crónicas y literatura virtual, ha sido preparada por Bernardo Ruiz y Gonzalo Soltero. Y por ahí aparecen algunos textos publicados por elgeney en esta bitácora de cambiante nombre que ahora visitas. Sólo protesto porque me quitaron el segundo apellido. La etimología latina es inoperante en mi negrobilioso caso, pero hay que ser fieles a los desatinos de la naturaleza. Claro, el mundo no es perfecto, eso lo aprendí a los cinco años por ser hijo sándwich (el cuarto de seis y el decimosexto de dieciocho).