Bitácora de Geney Beltrán [χe’nɛi bel’tɾan], escritor mexicano (Tamazula, Durango, 1976).
lunes, noviembre 30, 2009
Si andas por la FIL de Guadalajara
En la FIL, hoy
jueves, noviembre 26, 2009
El martes crítico
A Xalapa
viernes, noviembre 20, 2009
Habla de lo que sabes en Jalisco
Anoche soñé que volaba
Cuando el auto se aleja con Elisa, Joaquín vuelve la mirada hacia Natalio y se ríe porque ya lo va viendo más abajo, ya pequeño. La del hombre es una cara pasmada que mira a Joaquín hacia el aire, cada vez a más altura, y Joaquín alcanza a distinguir de nueva cuenta el auto, más chico, el aire sopla en torno suyo, y él ve el techo de la residencia Salvatierra Miller, y ya después se ven albercas, y canchas de tenis, podadoras, autos, de menor tamaño todo. A la derecha está Superama: hay gente afuera, dos patrullas, una ambulancia que parte por Iglesia hacia la clínica de Río Magdalena ahí bien cerca, hubieran mejor ido a pie por el cadáver, ¡a ver de qué les sirve ahora ese güerito!, denle sus pinches vísceras podridas a tanto pobre perro muerto de hambre, ¿a quién le servirán?... Y mientras cada cosa se hace más nimia y él se siente ligerísimo, ve con alegría el sol ponerse como un candado ígneo sobre la Ciudad, todo tiene contornos, todo es real y vive y vibra y brilla y su cuerpo se va disipando y se vuelve polvo, bruma, nada, sólo aire anochecido sobre la Ciudad, esta bella y agria Ciudad sin remedio.
martes, noviembre 17, 2009
Iluminaciones en Culiacán
sábado, noviembre 14, 2009
Sobre el libro de ensayos
"Los textos reunidos en este volumen abarcan diversos temas y autores pero el hilo conductor es la lectura. La génesis literaria, la obsesión de los autores, sus cualidades, exageraciones y defectos y, por qué no, la testarudez de quienes acuden a sus obras y no las dejan hasta agotar su contenido. Juan Rulfo, Marina Tsvietáieva, Emilio Adolfo Westphalen, Robert Musil, Claudio Magris, Nellie Campobello, Alejandro Rossi o Graham Greene son sólo algunas de las figuras que transitan por los 24 ensayos que tienen como fin desmantelar el consenso y la uniformidad de los criterios estéticos, las falacias y los lugares comunes de la literatura de masas y sus héroes transitorios, a través de un recorrido histórico y temperamental por las encuadernaciones y las estanterías sobrepobladas de nombres, temas, géneros y dimensiones."
El enlace, aquí.
jueves, noviembre 12, 2009
En Los Mochis
miércoles, noviembre 11, 2009
Sobre Liera
lunes, noviembre 09, 2009
Los perseguidos en La Nave
Mientras él proseguía en su contemplación, me quedé pensando en el interés de Moreno Flores por el destino de Porfirio. ¿Qué indicaciones eran ésas? Creo recordar que me dije: «No entiendo». Me sentí estremecido, feliz. Porfirio se sentó a mi lado y me habló: pasó su brazo de púber por mi espalda y acurrucó su cabeza, tan menuda, sobre mis piernas. Su largo cabello rubio, su melena me hacía sentir dichoso. Me llegó el significado de este regocijo. Sin temer otras retaliaciones, descubrí la manera de arrancarlo de la turbia arena en que boqueaba. Como si me rebelase ante otra voz, me decidí a borrarle el miedo.
miércoles, noviembre 04, 2009
Habla de lo que sabes
Si salió ayer de la imprenta, significa que es Escorpión. Y en efecto, es un libro muy escorpiónico. Sale con el sello editorial de Jus y el ISC.
Aquí dejo el texto de contraportada:
Habla de lo que sabes se titula el esperado primer libro de narrativa de Beltrán Félix, uno de los más brillantes ensayistas mexicanos de la nueva generación. Estas historias escarban de forma perturbadora en los conflictos de la paternidad, la vejez, las frustraciones de la juventud, la creación artística y el desamor, en el marco de una Ciudad que insiste en revelarse como un agresivo espejismo. Con un estilo dotado de visceralidad y fuerza, el autor desarrolla una incisiva introspección dramática de la rabia, el miedo y el delirio, ejes de la violencia interior de nuestros días. En un tiempo de narrativas complacientes, Habla de lo que sabes se manifiesta como un desafío vehemente de la imaginación en resistencia: una ficción que se exige ser la expresión profunda de su época.
Hondonada
Doblaba calle tras calle y los peatones que le salían al paso se deslizaban con la mirada reconcentrada o el gesto huraño, llenos de prisa o reconcomio, de modo que nunca se animó a pedirle a nadie que lo orientara en su búsqueda de Hondonada. Aquí y allá se fue encontrando algunos perros, además de automóviles estacionados, puertas y rejas inmutables. Por un momento, creyó ver cómo una silueta gorda —¡Montivont es gordo!— se escabullía en una esquina. Corrió para alcanzarlo pero le nació un dolor en el costado. Era el café, supuso. Cortó sus pasos, respiró mientras arqueaba el cuerpo; se sentó en el borde de la banqueta. No le gustaba nada todo esto. Se levantó. ¿Había pagado el café?, se dijo entonces, al tiempo que se daba una palmada en la frente. ¡Qué vergüenza! ¡Qué habrá pensado esa muchacha! Sacó la cartera, vio sus billetes. Tengo que regresar y.
Pronto olvidó eso también.
martes, noviembre 03, 2009
La insuficiencia de quien delira
En su ir y venir entre distintos planos narrativos, Los puentes de Königsberg dejaría ver que el desquiciamiento (ese escapismo que finge una realización ritual) esconde una verdad novelística. Ésta consistiría en lo siguiente: la realidad decepciona; la ficción entusiasma porque, aunque inútil para reparar los desaguisados de aquella, al hacer patente la naturaleza reiterable de todo hecho, termina por hacer factible la identidad de tiempos y lugares. No es sólo un juego lingüístico: Königsberg (temporal, insuficientemente) es Monterrey.
Un tema de Toscana es la violencia sexual: en la extraordinaria Duelo por Miguel Pruneda (2002) y en El último lector (2005), sus personajes se inmiscuyen en una elucubración, entre morbosa y compasiva, sobre el destino de niñas desaparecidas y muertas. En esta nueva obra, Floro y Blasco fabulan sobre el secuestro de seis chicas adolescentes, forzadas para el quizá deleite de políticos pedófilos, mientras un alumno y su maestra ven las calles y puentes de la ciudad alemana usurpar el trazado urbano de la capital norteña. En otra manifestación de la sensibilidad catastrofista de nuestro tiempo, esta Königsberg americana sufre la destrucción europea de 1945, y lo que sigue: “La guerra ha terminado... Nadie diga que escuchó un grito de mujer. Dejen que ellas paguen la derrota de sus hombres”. Este desborde igualitario de la violencia en Prusia y Nuevo León admite entonces una lectura de índole moral. Es ésta: los lugares y hechos pueden repetirse; las personas no.