martes, abril 24, 2007

Voto a favor

Joseph Ratzinger, alias Benedicto XVI (y eso que sólo las teiboleras y los delincuentes se cambiaban el nombre), no es una figura religiosa. Es un jefe de Estado. El Vaticano tiene relaciones diplomáticas con México. Pero Ratzinger, alias Su Santidad (¿quién le puso ese apodo?, ¿a poco se lo cree?), se asume superior a cualquier ley; el simple membrete de “jefe de Estado” le queda chico. Por eso, fijó una postura política ante asuntos de salud pública de la ciudad de México, sobre los cuales sólo pueden decidir los ciudadanos capitalinos a través de sus representantes, elegidos por la vía democrática (¿cómo eligieron a Ratzinger para gobernar del Vaticano?).
Así, el director de un Estado declaradamente misógino (en el Vaticano las mujeres no tienen las mismas oportunidades laborales ni derechos políticos que los hombres) se siente con la autoridad para decirnos qué hacer o qué no hacer, si se da o no se da a las mujeres el derecho a decidir sobre su cuerpo y su vida. Lástima Herr Ratzinger. Los tiempos han cambiado.

En días como éste sí da orgullo vivir en la ciudad más progresista del país.

sábado, abril 21, 2007

Becas, coreanos y encuestas


Ya vi por ahí la convocatoria del programa de becas para jóvenes escritores de la Fundación para las Letras Mexicanas. Prometo postearla aquí apenas tenga el texto completo. Cierra el 29 de junio de 2007 y siguen siendo 10,000 pesos mensuales. El ciclo empezará el primero de octubre.
Yo insto a los escritores del norte a participar. No tengo nada contra los escritores chilangos (yo casi lo soy ya, o en todo caso soy culichilango, sinalodefeño, provincapitalino, lo cual no me incomoda en nada: “no soy del tipo nostálgico que chilla”). Pero sugiero a los muchachos del norte pedir la beca: la experiencia vale mucho la pena. No, de veras. Es como tener un estudio pero sin pagar renta: más bien, te pagan para escribas. Y no un discurso para Elba Esther, ni el guión de una telenovela con Anahí: tu libro. Y no, el D.F. no es más ni menos abominable que nuestras ciudades: véanme a mí, era un mocoso ñengo de 17 por quien nadie apostaba que sobreviviría a la chilangada y ya llevo 13 años en esta bonita ciudad. El esmog me ha vuelto un poco lerdo, sí, pero nada grave: mi primer librín de narrativa saldrá en agosto. Además, ya he visto que hay dos tipos de norteños-afincados-en-el-DF: los apocalípticos y los integrados. La diferencia consiste en que los segundos aceptan probar los mixiotes, las quesadillas de huitlacoche y los chinicuiles, además de que no se colapsan ni hacen caras si los llevan a pasear a la Facultad de Filosofía de la UNAM. Los apocalípticos se la quieren vivir en malls comiendo hamburguesas. Además, no toleran el olor a mariguana en los pasillos de la Facultad, ni a sobaco sudado en el metro, y envían a la Asamblea Legislativa una iniciativa de ley que obligue a todos los ciudadanos al baño diario (pies y genitales incluidos), so pena de verse negado el ingreso al metrobús, los microbuses, el metro, la Fundación y la Facultad.
Pero regreso al tema de las becas. Yo había pensado en poner una consultoría para solicitantes rechazados varios veces (tengo experiencia en eso). Pero sería desleal, ¿no?
O la verdad no sé. Hay muchas más cosas que no sé últimamente. ¿Qué está pasando en este mundo? Un coreano mata 30 gringos y la gente se horroriza. ¡Pero si son sólo 30!, yo digo. ¡Quedan 250 millones todavía! Mientras, Bush mata iraquíes como si fueran moscas, y los gringos no entienden luego por qué los odiamos. Claro, los mismos iraquíes se encargan de matarse entre sí. Y acá, siguen las balaceras entre narcos. ¡Hasta Nexos saca su encuesta! Yo habría propuesto, ya hablando seriamente, hacer la encuesta siguiente: las mejores novelas mexicanas publicadas después de Pedro Páramo. Y que estén a la altura de. Y un requisito: que se hayan reeditado mínimo en los últimos cinco años. Para que no me vengan con sus ocurrencias de novelas que nadie conoce, que publicó Joaquín Mortiz a finales de los 70, cuando don Joaquín Padre ya estaba chocheando y sacaba cada cosa. Así no habría en la lista novelas de la autoría, muy probablemente, de su propio votante. Porque no entiendo que 79 novelas hayan sido votadas. ¡79 grandes novelas en 30 años! ¡Atención, editoriales prestigiadas de Europa, ya despierten! ¿Cómo no se han fijado en tantos tesoros escondidos, tantos secretos mejor guardados de nuestra literaturita mexicanita?
Reitero: no entiendo nada. Demasiada frivolidad y tontera. Y lo peor es que me había propuesto no hablar en este blog de los temas de moda: el coreanito resentido de Virginia y la encuesta de Nexos. ¡Qué débil es la carne!

jueves, abril 19, 2007

Elizondo

"...nada nos obliga a convertir nuestra vida interior en mala prosa."

Salvador Elizondo, Camera lucida

jueves, abril 12, 2007

Derrame de bilis

Calderón (el dibujantito, no el presidentito) publicó hoy en Reforma un cartón repugnante. (Sí, sí, ya sé, quién me manda andar leyendo ese periódico fascista.) En ese cartón, Paulina, la niña violada en Baja California a quien se le negó el aborto, aparece reiterando las palabras que dice en su spot de estos días: “A mí y a mi familia también nos hubiera gustado que nos dejaran decidir”. Pero (y he aquí la gracejada corriente de Calderón) a su derecha se ve a su bebé levantando la mano: “Por lo que a mí respecta, muchas gracias”.
Este razonamiento misógino de Calderón es similar al de uno de los anuncios que esa organización antiabortista, denmechance.org, ha desplegado en las calles de la ciudad: “Si para el violador no hay pena de muerte, ¿por qué para su hijo sí?”
Es decir: aquí la mujer no importa. Tanto la caricatura nefasta de Calderón como el anuncio ése que menciono consideran que la mujer es un receptáculo de semen cuya función es parir niños. La mujer vale madres, literalmente. Estos mochos cagados y doblemoralinos defienden el derecho de un óvulo fecundado a llegar a ser humano por encima del derecho de un ser humano ya formado y consciente a decidir sobre su propio cuerpo. Se fijan sólo en el hijo, independientemente de las circunstancias en que haya sido engendrado y, peor aún, en las que vivirá. La mujer, según ellos, no es sino un útero.
La derecha, entonces, dice defender la existencia de un óvulo fecundado; pero esa misma derecha se desentiende del niño apenas nace: no hay un buen sistema de educación pública, no hay seguridad en las calles y a veces ni en los hogares, no hay servicios médicos de calidad, no hay oportunidades dignas de empleo ni de vivienda, no hay... no hay nada. Óvulos fecundados, dice la derecha, ésos sí son importantes. Y los niños sólo importarán si, años después, aceptan salarios miserables y pagan los impuestos que no pagan los multimillonarios y sus empresas fraudulentas.
Este manoseo ya me está hartando, porque lo que se debate es despenalizar el aborto en las 12 primeras semanas de gestación, de acuerdo a la decisión de la mujer sin tener que alegar porqués. El aborto ya es legal por violación y por razones de salud. Y a nadie se le obliga a abortar. ¿Entonces? ¿Cuál es la necedad de la derecha? Decir pendejadas, por lo visto. Son muy duchos en eso. Pero si ahí se quedaran, no habría bronca. Porque el problema, lo sabemos, va más allá: no sólo las dicen. Y saben muy bien que sólo con un golpe de Estado a la pinochet podrán imponer medidas regresivas a las leyes liberales que ya son válidas en la ciudad de México, urbe, con todo, progresista y de libertades.

La Rochefoucauld y Mijail en TextoS


TextoS, la revista dirigida por el gran Enrique Martínez Pérez, germanófilo entrañable y culichi sui géneris, y editada por Francisco Alcaraz, poeta tocado por la gracia y muy querido amigo, publica en su número doble 23/24 un puñado generoso de las Máximas de La Rochefoucauld en traducción imberbe delgeney. Y, entre otros escritos de gran interés, figuran en las páginas 193-196 poemas de mi compa el Mijail Lamas, también culichi y también precario de la Fundacha.
TextoS es una revista muy cercana a mi corazón; es estrictamente literaria, se edita en Culiacán, mi tierra apátrida, y tiene una vocación universal: ha sido siempre muy hospitalaria a la literatura traducida de distintas épocas. Cosa rara, pues ya cruzó los seis años de existencia y está por sacar el número 25. Aplausos, insisto.


miércoles, abril 11, 2007

Ensayo virulento en la Luvina de esta primavera


La revista Luvina, de la Universidad de Guadalajara, en su número 46 (primavera de 2007) publica mi ensayo «Para qué la crítica en tiempos del ultraje», una diatriba vitriólica sobre la escritura académica. Aclaro: no es el único ensayo que publica la revista en este número, faltaba más: pero menciono el mío porque uno siempre siente debilidad por sus criaturas.