
Aquí, un párrafo:
El saldo es desigual: al apoyarse demasiado en el fragmento desnarrativizado y aforístico, Volpi logra frases memorables pero páginas insuficientes para crear un artefacto verbal que estalle en la conciencia del lector, al negarse a hundir la pala más tercamente en la carne de su personaje, que al final revela pocos matices y cierta propensión a la grandilocuencia. Hay, sí, el intento de dejar unas páginas “viles” en que, a veces, el narrador logra saltar de la vergüenza y hace corresponder su memoria con la memoria entrecortada de la especie, a partir de temas como el amor, el sexo, la solidaridad, la imaginación, la guerra. No me parece inapropiada la búsqueda, aunque sí, en esta novela, veo escaso el resultado: frente a las posibilidades del entretenimiento y el solipsismo del lenguaje, la novela de conocimiento, ésa en que el personaje es lanzado a una deriva que revele sin recato un país interior de hienas y fantasmas, es por entero necesaria.