martes, noviembre 22, 2011

El fabulador en octosílabos

Desde que leí Juguete de nadie, quedé deslumbrado. Me puse a buscar los demás libros de Daniel Sada, y así llegué a Porque parece mentira la verdad nunca se sabe, una obra prodigiosa. En aquellos tiempos, yo creía querer hacer una maestría. Como originalísimo proyecto de tesis, propuse estudiar la prosa de Guimarães Rosa y Sada, pero aunque fui aprobado, no me quedé más de un semestre en la Universidad. Sin embargo, lo que sí hice fue escribir un ensayo sobre la prosa rítmica de Daniel Sada, a partir de un experimento: analizar estilísticamente la primera página de Albedrío. El texto lo escribí en 2002 y se publicó al año siguiente en la Revista de Literaturas Populares. La liga es ésta.