Refuta cada frase que parezca, de tan sin fisuras, de tan
correcta, un muro y no un camino. Desconfía de lo que por limpio y propio se
vuelve una lápida sobre el cuerpo de la lengua. Rehuyendo de la frialdad y la muerte,
llegará un día de manera natural la expresión "incorrecta", extraña hoy por híbrida:
el puente entre el pasado de la lengua y su vocación de abridora de mañanas.
Ahí apenas va empezando otra vez todo. Porque escribir-hoy significa intuir cómo la lengua quiere ser
mañana.