La revista Hermano Cerdo publicó hace poco un texto crítico de Luis Noriega sobre el «libro» Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción, del premiado «escritor» mexicano Jorge Volpi.
Aquí van dos párrafos:
Ningún eslogan es eficaz sin un rival. Y aquí lo tenemos desde la primera línea. Ese rival, por desgracia, es un hombre de paja, un novelista que al recibir un «importante premio» declara que le encantan las novelas porque carecen de finalidad práctica.
El escritor premiado es un hombre de paja no porque sea inexistente (el mundo está lleno de artistas dedicados a producir obras sin otra finalidad práctica que ganar premios, becas, nombramientos) sino porque lo habitual no es despojar al arte de funciones sino atribuírselas en exceso.