jueves, mayo 11, 2006

Historia

Es la historia como sigue: un hombre que ha vivido desencantado de cualquier compromiso, cualquier llamado del mundo, cualquier urgencia o cualquier hecho ajeno. Hasta que la realidad lo llama; primero, como testigo, se adentra en los devenires extraños de personas a quienes ni conoce. Después, con el tiempo, hacia el fin de su juventud y estrujado por una acción inhumana, decide actuar y transformar el mundo. Para darse cuenta, finalmente, que nada puede hacer y que su furia y su fracaso no son el camino rápido a la resignación —ramera dulce—, sino a la amargura, la implacable, jamás saciada sed de venganza que desgarra con mayor fuerza cada instante, al infinito. Huye entonces.