La inocencia, en rigor, forma parte de las sombras
Antonio Moreno Montero publica en la revista La Otra un texto crítico sobre mi libro de relatos Habla de lo que sabes. Aquí un fragmento:
En el cuento “El cuerpo de Sicrano”, que es apabullante, la gema de la corona de este libro, se insiste en el tema de la comunicación nuevamente, estableciéndose sobre todo una filiación metafórica entre la figura del escritor y su lector idóneo.
El cuento es desafiante y provocativo, todavía más por el exquisito bordado de la trama y la manera de ejercer el trabajo creativo de Beltrán Félix. Se constituye de seis elementos: dos protagonistas (Gabriel Sicrano, viudo, hombre entrado en años y de oficio cartero; María Aspettani, huérfana, perceptiva, de clase media y que por su dolencia, una enfermedad cardiaca severa, en espera de un trasplante de corazón, nos evoca a los enfermos de Thomas Mann), algunas cartas y postales, un manuscrito, y finalmente el cuerpo de Gabriel —que nos hace recordar al personaje célebre de Elías Canetti— convertido en las páginas de un libro. Como un fantasma que declina materializarse, Gabriel escribe desde las sombras una suerte de diario personal.
En cierto modo Sicrano escribe de lo que sabe… Cuando él transcribe el contenido de su manuscrito dividiéndolo en fragmentos que hará llegar a la enferma, metidos en sobres como si fuesen cartas personales (o cuentos por entregas), y que ella los lee con avidez y extrañeza, asistimos a un homenaje —porque deriva en eso— al escritor y sus lectores invisibles.