Loulou, sonríe. Ya llegó mayo, cumpliré 29 en un mes y, ahora sí, las cosas cambiarán.
Por lo demás, acepto que hay más dudas que certidumbres. Probablemente, al final no haré nada. Dirás en todo caso que cometería una estupidez si vuelvo al pasado, pero ¿has visto que el 101 por ciento de las cosas que hago pueden recibir ese nombre? El amor nunca es desinteresado. ¿No son el miedo a la soledad y el deseo sexual los motivos normales para crearse esa ficción real que llaman amor? ¿Qué hay de malo en aceptarlo? Lo otro es que, no, el amor quizá no sea un acto de la voluntad. O, por lo menos, la voluntad humana no es enteramente racional. Participan en ella impulsos que van más allá de nuestra conciencia y conocimiento.
Loulou, sonríe. Mucha suerte a Caro en sus clases.