Loulou, sonríe. Han sido días frenéticos, días no razonados estos últimos. Pero nada ha sucedido, nada radical, cambiante, nada que defina en nada la existencia. Sigue la espera.
"Eres libre", ella me dijo.
"No, la libertad no existe. La existencia es ya una esclavitud".
Mariana y Daniel me recomendaron ayer la película La casa de los cuchillos. Pensé en ir hoy, pero la abulia me detiene. A las 7 debo estar (debo, ¿entiendes?) en La Guadalupana de Coyoacán. Veré a Zamná, Marco, Elena, algunos otros del ya extinto Club del Tobi Renegado. Invité a Augusto, pero no me ha respondido.
Nada sucede. Sí, sí ha sucedido ya: volveré al pasado. Esta vez, no obstante, se llamará futuro, es decir, presente.