martes, mayo 17, 2005

Escribir porque

La pregunta no es: «¿para qué escribes?» El dinero, el afán de venganza o la expresión de un rencor, la búsqueda de la inmortalidad, el reconocimiento en vida, la defensa de una causa, no, no importan: cualquier finalidad puede ser tan válida o tan espuria. En sí, no son la respuesta. La literatura, como el amor, no será nunca desinteresada.
La respuesta será siempre, como quería Marina Tsvietáieva: «¿Para qué escribo? Escribo porque no puedo no escribir. A una pregunta sobre la finalidad - una respuesta sobre el motivo, no puede haber otra».

Marina Tsvietáieva (1894-1941)